lunes, 11 de febrero de 2013

Madrid

Madrid,
espejo de luces,
ciudad finita que acaba en tu pelo.
Nada significan seis letras,
cuando cuando el vacío en torno a mí
se ciñe.
Nada es Madrid sin tu sonrisa
a mis ojos enganchada.

Madrid,
sol y sombra,
frío, viento, lluvia
desde la ventana contemplados, afuera.
Seis letras, seis,
como seis los millones de deseos que
en mi boca llevan tu nombre.
Nada es Madrid sin tu perfume.

Madrid,
un corazón tatuado en el cristal,
pincel que es dedo y dedo que
es pincel.
Que cuando el vaho del vidrio dibuja es
herramienta de un espíritu artista,
que cuando mi cuerpo tibio recorre
es instrumento de nuestra
felicidad.